Buscar en este blog

Translate

miércoles, 5 de octubre de 2011

FÉLIX MILLET, TALONES POR VENTANILLA.

El juez José María Pijuán ha decidido encargar a la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal UDEF el rastreo de los talones.

Rafael del Barco Carreras

Barcelona 5-10-2011. La noticia publicada hoy por EL PERIÓDICO merece más precisión. Dice que la Fiscalía subraya las dificultades que tiene el juzgado para obtener información de las entidades financieras, y si esas entidades son las habituales de Millet, La Caixa (de la que era consejero), la Caixa de Catalunya (de la que Narcís Serra pertenecía al Consejo del Palau de la Música) y Bankpime (del que fue presidente Millet, ahora absorbido por La Caixa) y además lo que se investiga son los supuestos pagos de FERROVIAL a CIU (adjudicación de gran obra pública durante los gobiernos nacionalistas de Jordi Pujol, según la noticia) las “dificultades” se convierten en “encubrimientos”.

El común de los mortales que nunca sacó más de 3.000 euros por ventanilla, creerá que es necesario una brigada especializada de Policía, pero quienes hemos vivido la banca sabemos muy bien que desde finales de los 70 los bancos (por los atracos publicaron entonces) no tienen la obligación de pagar en efectivo más de 3.000 euros. Después las medidas de control fiscal y del dinero negro han ampliado controles (DNI) y comunicaciones inmediatas al Banco de España, por lo que en la práctica es más fácil rastrear quien y para qué se han llevado unos millones por ventanilla (buen cliente de la entidad bancaria puesto que de lo contrario con darle un cheque o talón del Banco de España para que lo ingrese en cualquier cuenta, ya ha cumplido) que los talones barrados o nominativos.

Es incuestionable que el caso lo investigan los mossos (policía catalana), que vaciaron las oficinas del Palau de la Música, o encontraron posteriormente un dietario contabilidad personal de Millet, que dicen se investiga. Diría pues que el juez no se fía de la policía autonómica y pide ayuda a los “federales”. Parecido al caso Macedonia de corrupción policial.

Lo de los talones que no se pueden rastrear es una constante en mi vida. Los sufrí en el corrupto caso Consorcio de la Zona Franca; si los del Banco Garriga Nogués por miles de millones, a centenares y durante cuatro años, no aparecían ni aparecieron en los archivos del Banco (ver documentación policial en "Barcelona, 30 años de corrupción") los de mi sociedad en Banca Catalana por 80 millones de pesetas surgieron en una noche con toda clase de detalles, que además justifiqué con facturas y documentación mercantil legal.

Lo recordé de nuevo en el juicio el pasado año por el caso Hacienda de Barcelona, miles de millones prescritos en la obligación bancaria de entrega, falso… las décadas pasadas ni los ordenadores han mejorado la obligación de la banca de colaborar con la Justicia.





No hay comentarios: